LOÍZA – La alcaldesa de Loíza, Julia Nazario Fuentes, anunció que la famosa Playa Vacía Talega localizada en el Barrio Torrecilla Baja del municipio, se unió al proyecto de restauración de dunas a cargo del Dr. Robert J. Mayer de la Universidad de Puerto Rico (UPR) , recinto de Aguadilla, pero el mismo ha sido víctima de vandalismo, donde personas irresponsables han robado las plantas sembradas en el lugar. Irónicamente, hoy viernes se conmemora el Día del Planeta Tierra. La iniciativa comenzó en 1970 por el senador demócrata Gaylord Nelson, que instauró dicho día para crear una conciencia común a los problemas de la contaminación, conservación de la biodiversidad y otras preocupaciones ambientales para proteger la Tierra.
“Este proyecto ecológico de restauración de dunas de arena a cargo del Mayer, del Centro de Conservación y Restauración Ecológica Costera de UPR) en Aguadilla, ya se habia iniciado en nuestras playas luego del paso de los huracanes Irma y María. Como sabemos, las zonas costeras de todo Puerto Rico sufrieron de erosión y estamos muy entusiasmados con tener en Loíza a un especialista del prestigio del Dr. Mayer y su equipo de labores, quienes laboran en conjunto con la Universidad Wisconsin-Madison, entre otras organizaciones”, señaló la Alcaldesa.
“Mi llamado enérgico es a la conciencia de todos, no sólo de los vándalos, sino de quienes saben del crimen y se abstienen de informar a las autoridades. Quienes conozcan del caso, pueden llamar confidencialmente nuestra Policía Municipal al 787-876-6549, 787-256-0198, 787-903-5830 o a la Oficina de Manejo de Emergencias a 787-876-3561”, señaló la Alcaldesa. Entre los 150 árboles que se han llevado, había ejemplares de Mangle Botón, Uva de Playa, Icacos, Yerba de Vidrio y Haba de Playa, que son plantas que ayudan a estabilizar el suelo de las dunas. “Los mismos técnicos del programa consiguen las semillas y generan las plántulas que lueego de seis meses se llevan en tiestos biodegradables que se integran al suelo. Hay muchas horas de trabajo de técnicos y voluntarios en este proyecto”.
El Dr. Mayer explicó que “robar estas plantas y dañar las estructuras de madera que hemos instalado va más allá de un mero acto delictivo, que tiene consecuencias legales. Están poniendo las comunidades en peligro, porque las hace más suceptibles a inundaciones y daños causados por los huracanes. Es lamentable que hoy mismo, en el Día Internacional del Planeta Tierra tengamos que hacer este llamado”. En el proyecto en Loíza trabaja se específicamente en zonas de alto tráfico humano, donde el movimiento constante de personas caminando e incluso de vehículos de terreno intervienen y afectan el crecimiento natural de la flora, que sirve de estabilización de la arena en la zona. “Como parte del proyecto se siembran las especies vegetales que provienen de los viveros de la UPR, para ayudar a la naturaleza a cumplir con su labor. La planificación e implementación se realiza con ayuda de sistemas computadorizados y fotometría para monitorear el progreso del proyecto, en términos de elevación y volumen, entre otras variables”, detalló el científico.
En el proyecto se usan varios métodos que son sencillos y de mucho sentido común. Lo primero es evitar que la gente camine por las áreas vegetadas de las dunas “y controlar el desorden de caminar por todos lados, que es el principal problema que tenemos”, añadió Mayer. Como solución, se inició la instalación de paseos de madera ‘wooden boardwalks’ para ayudar a la gente a desplazarse mejor a través de las dunas.
Para Nazario Fuentes, es particularmente importante el segmento del proyecto que tiene que ver con la educación de los maestros de escuela, estudiantes y miembros de la comunidad para que sean parte del progreso de la iniciativa. “Para esto, se trabaja en unos talleres con la colaboración de Latino Earth Partnership y el proceso de restauración de 10 pasos que incluye investigación, análisis, aprendizaje y planificación. Todo esto se integra a los currículos, de manera que nosotros los adultos aprendemos del proceso y en el futuro tendremos a ciudadanos con conocimiento para proteger su medioambiente y ser resilientes. La misión es que nuestro patrimonio ecológico y turístico se proteja adecuadamente”.
En el caso concreto de la restauración de dunas, la zona de trabajo de Torrecilla Baja incluye un sistema bien estructurado de vallas informativas para uso de los visitantes, de manera que conozcan la importancia de proteger la biodiversidad. Como siempre, la zona playera continuará disponible para el público, aunque algunas áreas estarán separadas para el proyecto de restauración de dunas. El proyecto es uno a largo plazo y ya se está trabajando en una propuesta con la National Fish and Wildlife Foundation National Coast Resilience Fund, dirigida particularmente para el proyecto local.
“Las dunas de arena son formaciones naturales que protegen nuestras comunidades costeras de los efectos del cambio climático y eventos de clima extremo, como los tsunamis y huracanes. Además las dunas son un hábitat importante para las tortugas marinas. El proyecto, que ya está en funcionamiento en otros lugares como Isabela, contiene una serie de piezas de madera que se instalan en las dunas para promover la acumulación de arena en las áreas que están siendo restauradas. Es importante que la gente conozca la importancia de este proyecto y la protección de los paseos construidos en madera y la vegetación circundante, que deben ser respetadas y protegidas”, señaló Mayer.