Pastor Premier González
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Nuestro diario vivir es muchas veces demasiado ajetreado y tendemos a olvidar los momentos más simples. Es importante cuando notamos esto que hagamos pausas, demos tiempo a detener el corre y corre para tomar unos minutos. Dios nos enseña que para todo hay tiempo bajo el sol y que tal si para disfrutar un buen café o un té con un amigo tomas unos minutos de tu día. Hace un tiempo tuve que hacer un detente en mi día, llame un amigo con en el que hacía mucho no compartía y nos encontramos en un lugar. Allí ordenamos unos cafés y conversamos sobre muchas cosas.
Tuve la oportunidad de hacer una pausa y notar que la vida va al paso que la decidamos vivir. Vimos como muchos pasaban, caminaban por nuestro lado y así iban y venían. Cientos de personas pasaron y nosotros hablamos sobre las grandes cosas que nos habían sucedido. Así pasaron varias horas, hasta que llegó el momento de salir y es en ese momento que decido hacer una pregunta y al recibir una respuesta positiva solo pude dar gracias. Justo ahí noté que no solo hice una pausa, sino que Jesús estuvo ahí con nosotros en todo momento, tomo mis cargas, me liberó de mi ajetreo y utilizó a un amigo para escucharme.
Algo muy importante aprendí, Dios no deja justo desamparado ni su simiente que mendigue pan. Lo dice en Salmos 37:25. Una tarde, un café y un gran amigo fue lo que El necesitó para decirme, Eres mi hijo amado y quiero que estés bien. Él quiere hacerlo contigo, quiere invitarte a un café con un amigo. ¿Aceptas su invitación?
