Pastor Leomar Nuñez
Tiempo de la justicia de Dios en tu vida… «Tráiganme a mi pueblo fiel, a los que hicieron un pacto conmigo, al ofrecer sacrificios. Luego dejen que los cielos proclamen la justicia divina, porque Dios mismo será el juez». Salmos 50:5-6.
Hace unas semanas tuve una revelación que el Señor está trayendo JUSTICIA Y RESTITUCIÓN. Entre muchas cosas, vienen vientos de cambios; está soplando en todas las áreas de nuestras vidas. Es por eso que estamos viendo tantas injusticias siendo reveladas en este momento. Los libros están siendo equilibrados en el cielo y Dios está restituyendo no solo las pérdidas, sino también las injusticias que han venido en contra nuestra. Dios está abriendo los libros en el cielo para examinar dónde el enemigo nos ha atacado en exceso y también al mundo. Debido a esto, las injusticias están siendo expuestas muy rápidamente en este momento. El Señor está moviendo en el cielo las injusticias que han venido en contra nuestra y como resultado veremos un cambio en la atmósfera espiritual.
Por eso, el reino de los cielos puede compararse a cierto rey que quiso ajustar cuentas con sus siervos. Mateo 18:23.
Salmos 37:27-28: «Aléjate del mal y haz el bien, y vivirás en la tierra para siempre. Pues el Señor ama la justicia y nunca abandonará a los justos».
Incluso mi siervo José esperó a que yo lo vindicara a pesar de que tenía el poder de ir y vindicarse ante sus hermanos, y yo los llamo a hacer lo mismo este día. Recuerden que usé lo que hicieron los hermanos de José para guiarlo a su destino. Hubo algunas personas en su pasado que, a pesar de que los juzgaron y rechazaron injustamente, los empujaron hacia la vocación en la que se encuentran hoy. Así que mis amados, sean humildes y misericordiosos cuando yo los vindique y perdonen a sus acusadores. Yo he visto su sacrificio y obediencia y ahora permitiré que todos lo vean.
Isaías 51:21-23: «Pero ahora escuchen esto, ustedes los afligidos, que están completamente borrachos, aunque no por haber bebido vino. Esto dice el Señor soberano, su Dios y Defensor: «Miren, yo les quité de las manos la copa aterradora; ya no beberán más de mi furia. En cambio, entregaré esa copa a quienes los atormentan, a los que dijeron: “Los pisotearemos en el polvo y caminaremos sobre sus espaldas”.
Muchas bendiciones.