(Foto/Archivo ) |
Profeta Jessica Acevedo
Ministerio Generación Voces de Fuego
La gratitud es dar, es compartir, es compr ender, es agradecer, por cada experiencia, cada noticia, cada regalo de vida y todo lo adquirido en nuestro caminar. Como lo es dar gracias por poder respirar, abrir nuestros ojos, caminar, pensar, compartir con aquellos o con aquello que amamos. Es la expresión sembrada en nuestro corazón por el gran e inigualable amor de un Dios que nos amó primero, quien entregó algo valioso para rescatar nuestro amor y perdón.
También podríamos dar gracias por aquello que no vemos, pero sentimos. Cuando damos, es la entrega de lo recíproco que hemos alcanzado ya (“Dad de gracia lo que por gracia ya recibisteis” Mateo 10:8). Es la estima por todo aquello que algún día hizo por mí y por ti. Es el compartir del tiempo favorecido aun cuando en este hubo perdidas, pero se obtuvo grandes enseñanzas. Es aquí donde entra la Fe, convicción de todo lo que alcanzaremos, veremos y también viviremos.
Cuando la fe nos acompaña en nuestro caminar comenzamos a conocer los resultados de experimentar al recibir lo increíble derramado solo de la mano de Dios, nos permite alcanzar lo no imaginado y nos conduce a las temporadas más reveladoras del poder de Dios en nuestros caminos. (“Quien me ofrece su gratitud me honra, al que enmiende su conducta le mostraré mi salvación”.
Salmos 50:23). Este versículo nos enseña la importancia de una vida en agradecimiento constante, no solo porque vivimos, también nos preparará para tiempos mejores y hermosos combinados con la Fe.
Es importante recibir lo que hemos creído en el corazón de Dios, entendiendo que los regalos del cielo son tan reales como los regalos de la tierra y siempre traerá mayor alegría para nuestra alma. Entonces debemos meditar ¿Cuánto tendríamos para agradecer? ¿Cómo podría agradecer? ¿Hacia dónde agradeceré? Creo que todos tenemos más de un motivo por el cual agradecer, por ejemplo ¿Aún respiras? Entonces agradece cada vez por hacerlo.
Agradecer, ¿Cómo hacerlo? Simple, abre tu corazón de manera genuina, transparente, sencilla y sin reservas. Muestra hacia las alturas lo que guardas allí en tu corazón.