Jayleen Rodríguez
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CAROLINA – Residentes del barrio San Antón, San Just y el residencial Los Mirtos, en Carolina, hacen un reclamo para que la Administración de Edificios Públicos (AEP), les transfiera la escuela Carlos Conde Marín para la creación del proyecto La Conde.
El proyecto La Conde aspira a transformar el plantel escolar en un espacio comunitario integrando educación, arte, cultura, y salud, además de tener conciencia en el diseño participativo. Una de las iniciativas que tiene el proyecto es la creación de un espacio llamado ‘El camino ecológico’ que se espera sea un espacio que cuente con una preparación artística, cultura antirracista que represente los valores, intereses y necesidades de los barrios y la comunidad.
La escuela Carlos Conde Marín era centro de estudio para 300 estudiantes, pero fue uno de los cientos de planteles escolares que cerraron bajo la administración de la exsecretaria del Departamento de Educación, Julia Keleher, y -en estos momentos- se encuentra en desuso. Este fue catalogado como vertedero, por lo que está en unas condiciones deplorables.
Desde el 2017, un grupo de padres, residentes y líderes comunitarios ha estado organizándose para limpiar y cuidar las instalaciones de la escuela para prevenir el deterioro de esta. Pero, aunque se formalizaron como organización y tienen fondos para desarrollar el proyecto, aún no reciben respuesta de su petición a la AEP, para que se les otorgue la titularidad de la propiedad pública.
Según la líder del proyecto Milowayi Iyaye Nonó, la organización ha estado luchando por más de tres años para lograr que les transfieran la escuela, ya que entienden que es un espacio perfecto para desarrollar el proyecto.
“Nos han quitado todo, nuestra educación, salud y han destruido nuestros recursos naturales y nosotros como comunidad pobre, afrodescendiente queremos retomar lo que nos pertenece y crear un espacio donde todos los miembros de esta comunidad se puedan sentir bien. Ahora mismo, de tres escuelas que teníamos en nuestra región, no tenemos ninguna; nos plantaron una antena de telecomunicaciones violando las leyes de distanciamiento entre las comunidades, entre otras cosas nos han rezagado de la comunidad”, mencionó.
“La Conde quiere regresar a ser lo que fue: un lugar donde nos podamos encontrar, compartir y aprender y sobre todo vivir en sintonía con el medio ambiente”, agregó Nonó.
Por el momento, la comunidad se está haciendo cargo de las instalaciones, limpiando y tratando de mantener el espacio lo más organizado posible, pero el mayor temor que tienen es que desarrollen el proyecto y que una vez todo esté en orden venga alguien a quererlos sacar del espacio, ya que el plantel, además de estar en desuso, está en la lista de propiedades públicas a la venta.
“Nosotros nos hemos reunido con líderes políticos, legisladores e incluso tuvimos una reunión con la pasada junta de la AEP y les encantó la idea del proyecto, pero nunca se concretó nada y ahora mismo esa junta ya cambió y no sabemos quiénes son los miembros ahora. La comunidad quiere ser escuchada, por eso seguiremos luchando por que nos transfieran la escuela, concluyó Nonó.