Pastor Jaime Gutiérrez Mora
Misión Cristiana Torreón Fuerte
(Medellín, Colombia)
Somos conscientes de lo que nos detiene, de lo que nos roba la felicidad, la paz y la libertad, sabemos qué es lo bueno y lo malo. Si te tocara hacer una lista de tus cualidades y de tus defectos, ¿cuál sería más larga? Tenemos la tendencia a reconocer más los errores y malas actitudes, que las cualidades excepcionales que poseemos; solemos darnos más calificativos negativos, que positivos.
En el libro 2 Timoteo 2:20-21, dice: Pero en una casa grande, no solamente hay utensilios de oro y de plata, sino también de madera y de barro; y unos son para usos honrosos, y otros para usos viles. Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al
Señor, y dispuesto para toda buena obra.
Tú sabes lo que tienes, y puedes identificar aquello que necesitas cambiar, además, en qué nivel o profundidad. Cuando lo hagas, podrás ayudar a limpiar a otros y ser de bendición, estarás calificado para las buenas obras y recogerás los frutos de toda siembra que hagas. Porque hay que sembrar con el corazón correcto, examinándonos todos los días, pidiendo perdón cuando haya lugar y dando perdón siempre.
En la historia de Génesis 35:2 dijo Jacob a su familia y a todos los que con él estaban: Quitad los dioses ajenos que hay entre vosotros, y limpiaos, y mudad vuestros vestidos.
¿Por qué no cambio? Porque aún hay ídolos, aún hay suciedad, aún quiero seguir viviendo a mi manera. Hay cosas que debes quitar de tu vida, que debes dejar de hacer. Eres el único responsable, nadie lo hará por ti; te pueden ayudar, pero jamás alguien podrá quitar lo negativo o lo que debas mejorar de tu persona.
En un pasaje del libro de Efesios, se nos sugiere que eliminemos lo negativo de nuestras vidas, la gritería, la ira, la maledicencia, la mentira, la amargura, las malas palabras, el enojo duradero,
las cosas deshonestas; en fin, nos invita a que cambiemos nuestras vestiduras y a que seamos renovados con la ayuda del Espíritu Santo, quien nos redarguye y nos convence de pecado.
Como ves ahora, todas esas cosas, solo tú las puedes mejorar y cambiar.
Hazte hoy un examen de conciencia y pide ayuda espiritual, en oración a tu Padre Celestial, dile: “Señor, ayúdame en mis debilidades, quiero cambiar y mejorar en estos aspectos (enumérelos y no se trague ninguno), yo, no he podido solo, te invito a que habites en mí y me enseñes a hacer
tu voluntad, pon freno a mis malas palabras y acciones, transfórmame, en el nombre de tu hijo amado Jesús, Amén.
Cuando reconoces tus faltas de corazón y te humillas delante del Señor, es el comienzo de una nueva vida, como Dios la quiere para ti.
¡Muchas bendiciones!
