(Foto/Archivo) |
En la actualidad, Puerto Rico enfrenta una epidemia de influenza que ya ha cobrado la vida de 57 personas. Este virus, aunque siempre está entre nosotros, suele propagarse con mayor facilidad para la temporada de invierno. Es por esto que se hace indispensable tomar las medidas apropiadas para poder diagnosticarlo de manera correcta, y así, poder atender apropiadamente a la población contagiada.
Ante la peligrosidad que representa este virus, el Colegio de Tecnólogos Médicos de Puerto Rico (CTMPR) exhorta a la población que sienta la sospecha de estar contagiada, a acudir a su médico para que este le ordene realizarse las pruebas de rigor.
“Cuando usted sienta algunos o todos estos síntomas como: fiebre, escalofríos, tos, dolor de garganta, secreción o congestión nasal, dolores en el cuerpo o musculares, dolores de cabeza, fatiga o cansancio, vómitos y diarrea (más común en los niños que en los adultos), debe acudir a su médico para que, junto con sus pruebas de laboratorio clínico, sea diagnosticado y tratado de una forma correcta y certera”, expresó el presidente del CTMPR, licenciado Luis Caraballo.
De hecho, el licenciado explicó que existen diferentes pruebas de laboratorio para diagnosticar la influenza A y B, entre las que se encuentran las pruebas rápidas o de antígenos y las PCR.
“Estas pruebas son más específicas y precisas que las caseras, evitando los falsos positivos o negativos, ya sea por la toma incorrecta de muestras o por muestras guardadas en temperaturas no constantes, entre otros factores”, detalló el presidente del CTMPR.
Caraballo sostuvo que la mejor opción para reducir el riesgo de infección por la influenza y prevenir sus posibles complicaciones graves, es “la vacunación anual y el uso de la mascarilla en lugares cerrados y donde haya conglomerado de personas. Además, del lavado de manos regularmente con agua y jabón.”
La influenza es una enfermedad respiratoria contagiosa causada por los virus de la influenza que infectan la nariz, la garganta y los pulmones.
Este virus puede causar desde una enfermedad leve hasta volverse grave y, en ocasiones, puede llevar a la muerte. Las personas que están a mayor riesgo de sufrir complicaciones con esta enfermedad son los adultos de 65 años de edad o más, los niños pequeños y las personas con ciertas afecciones como asma, entre otras condiciones.
Fuente: Colegio de Tecnólogos Médicos de Puerto Rico (CTMPR)