Por: Erika Zoé Alvarado
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Algunos entrenadores de perros, dueños e investigadores no se han puesto de acuerdo en un método para probar la inteligencia canina. Hay quienes piensan que en el adiestramiento y en la paciencia está el secreto; otros afirman que la inteligencia canina es cuestión de la genética de cada raza.
Por su naturaleza sociable, los perros entienden la estructura social y las obligaciones; muchas veces aprenden rápidamente cómo comportarse con otros miembros del grupo, ya sean perros o humanos. Esta habilidad de aprender rápido y el obedecer podrían verse como un signo de inteligencia.
Algunas pruebas de inteligencia pueden ser: la facilidad de reconocer un vocabulario extenso, otras tienen que ver con el deseo o la habilidad de responder a diversas situaciones.
Se debe tener en cuenta, que la educación es un factor clave, ya que existen enseñanzas que distan de ser automáticas, y que requieren un gran desarrollo mental del perro.
Los perros adultos entrenan a sus cachorros mediante correcciones cuando no se comportan de la forma esperada, ya sea ladrándoles alto, dándoles de comer fuera de tiempo, no jugando con ellos, entre otros; y los recompensan por sus comportamientos aceptables, jugando con ellos, alimentándolos y limpiándolos.
Según el profesor y adiestrador canino Stanley Coren, científico y psicólogo, reconocido por su gran labor y estudios acerca de la inteligencia del perro, existen tres tipos de inteligencia canina que podemos distinguir:
Inteligencia instintiva- relacionada de forma directa con la genética.
Inteligencia adaptativa – capacidad de reaccionar ante un estímulo de forma lógica. Le permite adaptarse al medio que le rodea de la mejor manera posible.
Inteligencia funcional o de obediencia – es la que afecta a nuestra relación con el perro. Es importante que contemos con la colaboración del perro cuando nos dispongamos a enseñarle ciertas técnicas.
Ciertas razas son más fáciles de entrenar y muchas han sido seleccionadas a lo largo de los años por su capacidad de rápido aprendizaje, habilidad de perseguir, cazar o de pelear con otros animales.
Sin embargo, la capacidad de aprender tanto obediencia básica, como comportamientos complejos es diferente en todos los perros. Aún el perro más introvertido y distraído puede aprender y obedecer; y los entrenadores o dueños deben simplemente ser más pacientes con algunas razas que con otras.
En fin, no importa cuán inteligente sea tu fiel amigo, lo importante es que forman parte de nuestras familias, y debemos: cuidarlos, respetarlos y sobre todo amarlos.