Por: Redacción Presencia
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SAN JUAN- Las miembros de la Coordinadora Paz para la Mujer (CPM) y la Coalición Puertorriqueña en contra de la Violencia Doméstica y la Agresión Sexual, afirmaron que la convicción de Pablo Casellas por el asesinato de su esposa Carmen Paredes envía un mensaje a las víctimas sobrevivientes de violencia doméstica.
“Con el veredicto de culpabilidad para Pablo Casellas, se le devuelve al pueblo un sentido de justicia y se abona a la confianza en los procesos judiciales para las mujeres que pasan por situaciones de violencia con su pareja. Esperemos que más mujeres se sientan seguras y confiadas al denunciar a sus agresores y reciban la protección que necesitan. En última instancia, lo que queremos es evitar más muertes”, sentenció Vilma González Castro, coordinadora general de la CPM en un comunicado de prensa.
González hizo referencia a los familiares de Casellas, quienes no atendieron a tiempo las señales de peligrosidad y violencia que dio el convicto desde su juventud, según testimonios de personas allegadas a la familia.
Pese a la satisfacción que puede provocar el resultado justo a favor de las víctimas, las integrantes de la CPM solicitaron al sistema de justicia que atienda y de seguimiento a los familiares y allegados afectados por la muerte de Carmen Paredes y la convicción de su agresor.
“Las hijas del matrimonio quedan evidentemente afectadas, además de la madre de Carmen. Lo mismo ocurre exactamente con cada una de las familias tocadas por la violencia, y lamentablemente muchas veces no reciben el apoyo psicológico ni económico que necesitan para continuar son sus vidas de la forma más funcional posible. Las secuelas de la violencia en las víctimas secundarias debe ser un asunto prioritario para el Estado”, dijo González Castro.
Según la activista, existe evidencia empírica y casos suficientes para demostrar lo complejo de la violencia entre parejas y lo importante que es atender estos casos desde un enfoque multidisciplinario.
Asimismo, recordó que es importante continuar educando en escuelas públicas y privadas, además de entrenar a profesionales de la justicia, para desmitificar concepciones erróneas sobre la violencia de género, como por ejemplo, que la violencia entre parejas no ocurre en las clases sociales altas, ni entre personas educadas y profesionales.