Enseñar a un gato a pasear con correa no solo es una satisfacción como dueño y como educador, sino que además de eso, le va a brindar una forma segura de acceder al exterior a ese gato además de resultar un buen método de unión entre humano y animal, pero no solo eso, si en un futuro quieres tratar de conseguir que tu gatito salga solo a la calle, este es un primer paso.
Cómo enseñar a un gato casero a pasear con correa
Lo primero y más importante que has de tener en cuenta es que si tu gato nunca ha salido a la calle todo lo va a resultar abrumador, todo le parecerá inquietante, por eso has de tener paciencia, que se vaya adaptando a la situación, es lo más normal del mundo que al principio parezca aterrado. Le va a llevar un tiempo adaptarse al uso del arnés como complemento para salir de casa, ya sabemos que los gatos se sienten muy recelosos con lo que les toca el cuerpo, por lo que llevar eso pegado no va a ser plato de buen gusto en ningún momento, tendrá que adaptarse. Si quieres llegar a lo que este gato consigue has de ser paciente, darle muchos elogios y premios en forma de golosinas por ejemplo.
Elección del arnés correcto
No se te ocurra sacar a tu gato con un simple collar y una correa, lo más fácil que puede ocurrir es que este se asuste, tire hacía atrás y con lo escurridizos que son consiga zafarse del collar y corras el riesgo de perderlo, además, el collar puede perjudicar su tráquea a la vez que la capacidad de tragar normalmente. El arnés conseguirá que la fuerza que un gato hace se reparta entre los hombros, la barriga y el pecho, lo que hará que sea más difícil que se haga daño.
Lo que has de hacer para comprar el arnés correcto para tu gato es tomarle la medida del contorno de su pecho y llevarlo anotado cuando vayas a comprarlo.
Asegúrate de que el arnés que compras es de la talla correcta, si lo es, podrás comprobarlo porque cuando el gato lo lleve puesto podrás meter los dedos entre él y el gato cuando este lo lleva puesto.
Adaptación al arnés
Lo primero será adaptar a tu gato a llevar el arnés, ten en cuenta que cuanto más joven sea el gatito más fácil será la adaptación. Tendrá que acostumbrarse a llevarlo puesto, así que empieza por colocárselo durante varios minutos varios días seguidos, después ve aumentando el tiempo que este lo lleva puesto. También dile cosas bonitas cuando lo lleve puesto y no escatimes en golosinas, los gatos funcionan mejor a base de premios que de castigos (realmente los gatos no son capaces de asociar los castigos físicos a algo que han hecho mal, evita el maltrato).
Salir, lo más difícil
Este es el paso definitivo y más importante, para empezar, puede que tu gato sea reacio a salir al exterior, a pesar de que a través de la ventana veas como le resulta interesante puede que a la hora de la verdad este intimidado, invitarle a salir pero no insistas, si no quiere déjalo e inténtalo en otro momento. Puedes probar dejando la puerta abierta para que el propio gato marque sus propios tiempos, si no quiere, como hemos dicho, aborta y prueba otro día, es un proceso que puede tomar algo de tiempo.
Cuando ya se sienta dispuesto a dar el paso para atravesar la puerta trata de que todo sean elogios, buenas palabras y premios. Además, intenta que los primeros paseos sean muy cortos, no más de 5 minutos, si estás mucho tiempo para empezar podría abrumarse y ser más reacio a futuros paseos.
Intenta salir en días secos, sin lluvia reciente, así tu gato podrá orientarse por los olores, muy importantes para él, incluso más que para los perros, los gatos tienen un sentido del olfato más que excelente, y en días húmedos los olores son diferentes.
Poco a poco, si todo el proceso ha ido bien, tu gato se sentirá más cómodo con los paseos, trata de que sean todo lo frecuentes posible, más tiempo y más lejos de casa, permitiendo que explore por si mismo caminando detrás a lo que de la correa.