Vicente Toledo Rohena
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El legado del ‘rey de las manos duras’ Ray Barretto (1929-2006) siempre vivirá, como expresó su cantante, Adalberto Santiago en el éxito ‘Que viva la música’. Vivió para la música y las congas que tocó prácticamente por todo el mundo. El próximo 17 de febrero se conmemora 12 años de la partida física del conguero de raíces aguadillanas.
En mi carrera periodística tuve la oportunidad de entrevistar a Barretto en varias ocasiones. Un hombre que la fama nunca le quitó el sueño; accesible a todo persona.
Una gran experiencia que viví con el conguero fue durante un concierto en la Universidad de Puerto Rico (UPR). Tenía la encomienda de entrevistarlo. Llegué una hora previo a la presentación. Al verlo, pasaba por unos momentos bien difíciles, porque luego de ingerir un pescado, aparentemente sufrió un envenenamiento. El semblante proyectaba que no se sentía bien, pero aun así contaba con el ánimo de dar lo máximo por dar a su gente un gran espectáculo. Al verme, recordó que tenía una cita conmigo para una entrevista. Luego de narrar su experiencia dijo que me daría la entrevista una vez finalizara el concierto. Acepté, pero pensé que la entrevista se esfumaría, porque de seguro el concierto terminaría cerca de la medianoche. El resultado fue un concierto memorable. Nadie notó que estaba enfermo. Dejó su alma y espíritu. Y como prometió, una vez finalizó el concierto me atendió y me brindó la entrevista. Ese fue Barretto.
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Un percusionista que escribió su historia tanto en la salsa como en el jazz, donde participó con grandes exponentes inmortales del jazz como Red Garland, Gene Ammons, Kenny Burrell, Dizzy Gillespie, Wes Montgomery, y el vibrafonista Cal Tjader, entre otros. Además, a mediados de los 50’, sustituyó al conguero cubano Mongo Santamaría en la banda del ‘rey del timbal’ Tito Puente.
Debutó como líder de orquesta en 1961 y al próximo año quemó las ondas radiales con el éxito ‘El Watusi’. Su sonido intentó modernizar la charanga y sin duda, plasmó magistralmente sus influencias provenientes del rock, pop y jazz.
A finales de los 60’, Barretto firmó con el sello discográfico Fania, donde grabó el disco ‘Acid’, que representó una nueva era en la música del conguero. De igual manera, su presencia fue protagónica con el conglomerado de ‘las estrellas de Fania’.
Éxitos como ‘Ahora si’’, ‘La hipocresía y la falsedad’, ‘Quítate la máscara’, ‘De dónde vengo’, ‘Que viva la música’, ‘Guarare’ y otros, forman parte de los estándares de la salsa.
Producciones discográficas de la calidad como ‘The Other Road’, ‘Rican-Struction’, -que fue un reencuentro con su cantante Santiago, que lo había abandonado junto a otros integrantes de su banda en 1973 para fundar la Típica 73- ‘La Cuna’, con la colaboración de Puente y Charlie Palmieri; y otros trabajos discográficos que sellaron su identidad.
Además de Santiago, cantantes como Rubén Blades, Tito Gómez y Tito Allen, aportaron a la banda de ‘manos duras’, que fue una figura dominante en la salsa durante los años 60, 70 y 80.
Aunque nunca abandonó la salsa (en sus conciertos presentaba ambos géneros) en 1991, decidió presentar un nuevo proyecto, el sexteto, ‘New World Spirit’, con los que inició rápidamente nuevas experiencias, al grabar múltiples discos, presentándose en diversos festivales de jazz en Europa; y distintos rincones del planeta.
Nicky Marrero & Ray Barretto
Fuente: Mandalay