Por: Vilma G. Calderón
Nutricionista
A continuación, te presento los diez hábitos más importantes para tener una dieta balanceada y un estilo de vida saludable que promueva un estado de bienestar y a la misma vez te ayude a disminuir los riesgos de distintas enfermedades.
1. Toma mucha agua
El agua ayuda a la digestión de los alimentos, la absorción de nutrimentos y facilita la excreción de toxinas y desechos del metabolismo. Es el transportador principal de nutrientes y es el medio para todas las reacciones celulares. Es indispensable para el buen funcionamiento del sistema circulatorio, ayuda a evitar el estreñimiento, mantiene la hidratación y controla la temperatura corporal.
2. Vigila el contenido de sodio en los alimentos
Las dietas altas en sodio se asocian con un aumento en la presión arterial y otros problemas cardiovasculares. Además, una alimentación alta en sodio aumenta los riesgos de cáncer de estómago y metástasis para otros tipos de cánceres.
3. Prefiere los alimentos buenas fuentes de fibra
Existen dos tipos de fibra: soluble e insoluble. Ambos tipos de fibra son importantes en la dieta diaria. La fibra soluble (se encuentra en la avena, las frutas, los vegetales y los granos) ayuda a reducir los niveles de colesterol en sangre.
4. Reduce el consumo de grasas
Las dietas altas en grasas, no sólo se asocian a problemas cardiovasculares, sino a un aumento en la incidencia de cáncer y en el riego de sufrir enfermedades como el alzheimer. ¡Evita freir los alimentos! Prefiere formas saludables para preparar las comidas como el asar, hornear, hervir o a la plancha.
5. Limita el consumo de dulces y productos con azúcares refinadas
Los alimentos con azúcares refinadas tienen un mayor contenido de calorías, incrementan el nivel de glucosa en sangre, aportan pocos nutrimentos en general y aumentan el envejecimiento prematuro. Dietas altas en azúcares, no sólo se asocian a problemas de obesidad, sino que producen inflamación celular y mayores riesgos de problemas del corazón y ciertos tipos de cáncer como el de páncreas.
6. Aumenta el consumo de frutas y vegetales
Las frutas y los vegetales frescos son alimentos sin grasas, bajos en sodio, buenas fuentes de fibra, bajos o moderados en calorías y con un alto contenido de vitaminas y minerales… Establece el hábito de comer alguna fruta en el día (como mínimo) y vegetales en alguna de las comidas diariamente.
7. Limita el consumo de proteína animal
Los estudios indican que es necesario bajar la ingesta de alimentos fuentes de proteína animal para poder reducir los riesgos del cáncer en general. Trata de eliminar o tener un consumo mínimo de carne de res y limita la cantidad a no más de 12 onzas por semana.
8. Prefiere los alimentos orgánicos
La mayoría de los alimentos que consumimos actualmente tienen grandes cantidades de residuos tóxicos debido al uso de los plaguicidas y herbicidas que se utilizan tanto en la agricultura convencional como en los cultivos de alimentos. Es indispensable que, por lo tanto, en la medida posible, seleccionemos alimentos orgánicos
9. Vigila las porciones de los alimentos y mantén un peso saludable
No solo es necesario seleccionar bien las comidas, sino controlar también las porciones para evitar la ganancia en peso. Recuerda que, aunque un alimento sea saludable, si lo consumes en grandes cantidades puedes provocar un aumento en libras debido a la aportación calórica.
10. Combina la buena alimentación con el ejercicio
Una dieta balanceada y un programa regular de ejercicios, se consideran los factores más importantes para evitar la mayoría de las enfermedades. El ejercicio ayuda al control de peso y a disminuir los riesgos de enfermedades del corazón, el cáncer, la diabetes y el alzheimer, entre otras. El ejercicio también ofrece otros beneficios mentales como el aliviar el estrés y la depresión.