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Poco se habla acerca del Trastorno de Procesamiento Sensorial (TPS) o Sensory Processing Disorder (SPD, en inglés), una condición que impacta a muchos niños y adultos, afectando su vida diaria y sus capacidades al punto de llevarlos a que sean diagnosticados erróneamente con autismo y otras condiciones que están muy lejos de la realidad que les afecta.
El TPS es una condición que se presenta cuando el sistema neurológico no es capaz de interpretar y organizar adecuadamente las informaciones captadas por los sentidos (tacto, visión, audición, gusto, y olfato) que se utilizan para percibir los estímulos a los que estamos expuestos. Esta incapacidad afecta, en gran medida, el funcionamiento integral de las personas.
Una persona con TPS puede tener dificultades para realizar tareas cotidianas, ejecutar satisfactoriamente en la escuela, en el trabajo, socializar, y hasta para mantener hábitos de salud adecuados.
A pesar de su gran impacto y de las repercusiones que tiene la condición para los menores, aún hay mucho desconocimiento acerca del tema.
“La gente no sabe lo que es el Trastorno de Procesamiento Sensorial y, lamentablemente, hay miles y miles de niños mal diagnosticados con autismo cuando no lo tienen. La única ley que cobija a niños con dificultades de conducta y aprendizaje, ADD y situaciones sensoriales es la Ley Idea. Entonces, la mamá que tiene un niño que necesita terapia, como el TPS no está dentro de Ley Idea y no es un diagnóstico, pues terminan diagnosticando al menor con autismo para que el niño pueda recibir las terapias, pero no tienen autismo. Por eso vemos que las estadísticas del autismo son dramáticas, cuando no necesariamente son reales”, expresó la fundadora de la organización 5 Sentidos, Sandra Carrión, que busca concientizar acerca de esta condición.
Para Carrión, lo más importante es que los padres, maestros y profesionales de la salud se eduquen y tomen en cuenta las señales que pueden mostrar un problema sensorial, ya que fue este el diagnóstico que cambió la vida de su propia familia.
“El Trastorno de Procesamiento sensorial no tiene nada que ver con autismo, es otra cosa. Es algo sensorial que con tratamiento tiene solución. Esto no es una enfermedad que con pastillas se quita, es un tema que en el transcurso de la vida quizás mejoran, otros se quedan con ello. Pero al hacerlos conscientes de su condición, darle las terapias correctas y aprender a manejarlo, pueden seguir hacia adelante y convertirse en profesionales”, afirmó Carrión.
Señales de Alerta
- Demasiada sensibilidad al tacto, ruido, olores o a otras personas.
- Problemas para comer debido a las texturas de los alimentos.
- Incomodidad con la ropa.
- Cuerpo flojo o rígido, lo que le causa torpeza.
- Poca habilidad motriz, por ejemplo; al escribir.
- Baja autoestima y motivación.
- Se distrae o se abruma con facilidad.
- Poca capacidad de retención.
- Inquietud e irritabilidad.
- Insensibilidad al dolor.
- Se resiste a cualquier contacto físico.
Carrión instó a los padres que encuentren estas señales en su hijo, a que visite un neurólogo pediátrico, aunque una vez se diagnostica el paciente con TPS, es necesario buscar ayuda de varios profesionales de la salud para lograr los resultados porque es un tema multidisciplinario.
“En Puerto Rico no hay nada de estadísticas, eso me afecta porque sin números no hacemos mucho. Quiero recaudar fondos para que las terapistas puedan hacer investigación, pero también estamos buscando que el gobierno y Departamento Salud colaboren económicamente para hacer investigaciones con un equipo de personas preparadas”, solicitó la fundadora.
Las personas interesadas en cooperar con 5 Sentidos, pueden hacerlo a través de ATH Móvil por medio Donate/5 Sentidos, Paypal: @5SentidosPR o llamando al 787-529-0562.