La apnea del sueño es una afección frecuente en la que la respiración se detiene y se reinicia muchas veces durante el sueño, por lo que se considera un trastorno del sueño potencialmente grave. Eso puede impedir que el cuerpo reciba suficiente oxígeno. Si roncas fuertemente y sientes cansancio, incluso después de una noche completa de sueño, es posible que tengas apnea del sueño.
Los principales tipos de apnea del sueño son:
Apnea obstructiva del sueño (AOS) – Es el tipo más común de apnea del sueño, y ocurre cuando las vías respiratorias superiores se bloquean muchas veces durante el sueño y eso reduce o detiene por completo el flujo de aire. Estos músculos sostienen el paladar blando, la pieza de tejido triangular que cuelga del paladar blando (úvula), las amígdalas, las paredes laterales de la garganta y la lengua.
Cuando los músculos se relajan, las vías respiratorias se reducen o cierran cuando inspiras. Por este motivo, no puedes obtener el aire suficiente, lo que puede reducir el nivel de oxígeno en sangre. El cerebro percibe que no puedes respirar y te despierta durante un tiempo breve para que puedas volver a abrir las vías respiratorias. Este despertar es por lo general tan breve que ni te acuerdas. Es posible que ronques, te ahogues o suspires. Este patrón se puede repetir de 5 a 30 veces o más por hora durante toda la noche. Esto dificulta lograr fases de sueño profundo para descansar.
Algunos factores de riesgos que aumentan el riesgo de apnea obstructiva del sueño son: sobrepeso; circunferencia del cuello; vías estrechas; sexo masculino, ya que los hombres son más propensos a padecerla; edad avanzada; antecedentes familiares; consumo de alcohol, sedantes o tranquilizantes; fumar; congestión nasal; y algunas enfermedades como la insuficiencia cardíaca congestiva, la presión arterial alta y la diabetes tipo 2, entre otras.
Apnea central del sueño – Ocurre cuando el cerebro no envía las señales correctas a los músculos que controlan la respiración. Esto significa que no haces ningún esfuerzo para respirar durante un período breve. Es posible que te despiertes con falta de aire, que te cueste conciliar el sueño o permanecer dormido. Los factores de riesgo de este tipo de apnea del sueño son: ser mayor, ser hombre, tener trastornos cardíacos, usar analgésicos narcóticos o haber tenido un accidente cerebrovascular.
Los síntomas de la apnea obstructiva y la apnea central del sueño coinciden, por lo que a veces es difícil determinar el tipo de apnea que presenta el paciente. Algunos de los síntomas más frecuentes de ambos tipos de apnea son:
- Ronquidos fuertes
- Episodios en los que la respiración se detiene mientras duermes (algo que debería informar otra persona)
- Jadear al respirar mientras duermes
- Despertar con la boca seca
- Dolor de cabeza por la mañana
- Dificultad para mantenerte dormido, conocida como insomnio
- Somnolencia diurna excesiva, conocida como hipersomnia
- Dificultad para prestar atención mientras estás despierto
- Irritabilidad
En caso de identificar alguno de los síntomas o creer que puedes tener apnea del sueño, debes consultar con tu médico para evaluación, diagnóstico y tratamiento correspondiente.
Fuente: Mayo Clinic