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Por: Pastor Eddy Batista
Dios te bendiga rica y abundantemente. En esta ocasión hablaremos del proceso. Primeramente, quiero traerte el significado de esta palabra, su origen y de donde viene. Esta palabra viene del latín processus que significa: progreso, avance, marchar, adelante e ir hacia un fin determinado. La palabra proceso no solamente opera o funciona como muchos de nosotros la vemos, como ese obstáculo, estancamiento. La palabra proceso tiene muchos más beneficios tomándola de la manera correcta o analítica, porque el proceso no te consume, el proceso te desarrolla en áreas que jamás hubieras descubierto bajo esa situación.
Creo que el 90% de las personas tenemos un concepto erróneo o equívoco sobre los procesos. El libro de (Jeremías 18) narra una historia o parábola muy conocida, en donde Jehová le habla a Jeremías y le da una orden de que llegue a la casa de un alfarero, y es en ese lugar en donde Dios quiere traerle o mostrarle una enseñanza a Jeremías. Lo primero que le muestra es a un alfarero fabricando utensilios de barro, pero en un momento del proceso de la preparación la vasija que el hacía se echa a perder o se le rompe en sus manos. Esta es la enseñanza: a lo que nosotros le llamamos proceso, Dios le llama preparación; la vasija a veces somos nosotros, que quizás en algún momento de nuestras vidas en la manera que vivíamos no era la adecuada; pero ¿qué sucede cuando llegamos a las manos de Dios? Debemos de ser quebrados por completo y en ese momento sentimos ese dolor, esa carga forzosa, rotos por dentro y por fuera; en donde no podemos más, pero el amor de Dios y su misericordia nos alcanza nos toma y vuelve a construirnos, y empieza ese proceso de preparación en donde los sentimos fuertemente.
En el proceso Él nos quita cosas que en el momento no queremos soltar, por eso debe ser muy importante dejar que Dios trabaje en tu vida, aunque sientas dolor. Hay algo que pasa cuando el alfarero tiene el barro en la mano, él trata de hacer una vasija o un utensilio mejor que el de antes. Esa persona eres tú, cuando Él nos toma, Él forma bajo un diseño conforme a su capacidad y al modelo que Él quiso hacer; cosa que muchas veces no entendemos. A veces es mejor decir, “estoy pasando por un proceso”, que decir, “Dios me está preparando para algo poderoso”. No todo el mundo querrá que Dios lo prepare, y si alguien se lo permite debe de saber que será un proceso medio amargo en algunos momentos, pero, tarde o temprano, vendrá a tu vida el tiempo de refrigerio. Por esa razón, Dios le dice a Jeremías 18:5: “Entonces vino a mi palabra de Jehová diciendo: ¿no podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa de Israel? Así como el barro en las manos del alfarero, así sois vosotros en mis manos, oh casa de Israel”.
Lo que Dios está diciendo es que sentirás pesado el proceso, pero la buena nueva es que hará de ti una vasija que alimentará a otros. Quiero llevarte a un pensamiento positivo y diferente y que, en vez de ver el proceso como un obstáculo, le preguntes a Dios ¿Qué él está haciendo en tu vida? o por qué estás atravesando esa situación, o quizás decirle; ¿Dios estarás quitando algo de mí que no te agrada?