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SAN JUAN – La enfermedad cardiovascular es un problema de salud a nivel mundial y en Puerto Rico, actualmente ocupa el primer lugar entre las causas de muerte en mujeres.
Esta afirmación se estableció con estadísticas durante la conferencia ‘Corazón de Mujer: un latido a otro ritmo’, que se llevó a cabo en San Juan, como actividad principal de celebración del 45 aniversario de la Universidad Central del Caribe (UCC).
La doctora Milagro Cortés, presidenta de la Asociación de Cardiólogas de Puerto Rico, una de tres conferenciantes en la actividad, dijo que “el 64 por ciento de las mujeres que mueren de un evento cardiaco no presentan síntomas, por lo que cada vez se hace más necesario tomar en cuenta los factores de riesgo”. Dichos factores se han agudizado durante la pandemia, “entre otras razones, porque las pacientes no buscan evaluación cardiovascular a tiempo”, dijo la cardióloga.
Durante su ponencia, Cortés hizo énfasis en el dolor de pecho, náuseas, sudoración, fatiga excesiva y dolor referido en mandíbula, hombro y brazos, como los síntomas más comunes de la enfermedad cerebrovascular isquémica, causada por una obstrucción de una arteria.
Otro de los aspectos importantes atendidos en la charla fue el de la alimentación. En este renglón la nutricionista-dietista, Zilka Ríos Orraca, presentó una radiografía sobre la incidencia de los padecimientos del corazón en la isla y ofreció consejos básicos de prevención tomando en consideración los hábitos alimentarios locales.
A menos que sean factores de riesgo no modificables como el historial familiar y la edad, la enfermedad cardiovascular es prevenible. Está en nuestras manos tener control de lo que consumimos. Aspectos como el colesterol, azúcar y la ausencia de actividad física, se pueden modificar si tomamos en cuenta que la obesidad es uno de los factores de riesgo.
Según Ríos, es vital estar alertas ante el estigma por el peso. Esta forma de discriminación, dirigida mayormente a mujeres y presente en todas las áreas de socialización como el trabajo, la escuela y las relaciones interpersonales, está culturalmente aceptada y perjudica de manera extrema el cuidado preventivo de la enfermedad cardiovascular.
La experta recalcó la necesidad de utilizar principios de sabiduría alimentaria, como lo son balance, variedad y moderación, así como de normalizar el consumo de alimentos que promuevan el mejor funcionamiento del cuerpo.